dimecres, 9 d’abril del 2014

Buscando Deportividad

Después de leer y la entrada sobre Iván Fernández y recordar tal ejemplo de deportividad, he decidido buscar más información sobre el asunto. De página en página y de enlace a enlace he ido encontrando diferentes vídeos, la mayoría de gestos de deportividad en el fútbol de primera división. Sin embargo, la mayoría de ellos ya los conocemos. Creo que esto debería preocuparnos un poco ¿acaso los conocemos por que son escasos y cuando ocurren nos llaman la atención?. El caso es que he encontrado un ejemplo en el que los más pequeños demuestran su deportividad y honradez, guiados por un entrenador capaz de transmitir los valores que sustentan la base del deporte moderno. Aquellos valores que el Barón de Coubertín intentó transmitir al retomar los Juegos Olímpicos.

El vídeo que he encontrado nos cuenta cómo unos alevines del Sevilla F.C., habiendo ganado un partido por suerte, ya que su rival el Español jugó mucho mejor que ellos, lo reconocen y deciden que sea este equipo por su buen juego el que recoja la Copa del Campeonato. La decisión fue propuesta por el entrenador, y lo admirable es que todos los jugadores estuvieron de acuerdo, admitiendo el equipo contrario merecía ganar. Y es que como dice la presentadora, la nobleza es noticia hoy en día.

Por otra parte, me gustaría comentar el caso de un deportista que poco pensó en los valores del deporte moderno. Alguien que para mí representa la búsqueda de valores extrínsecos, de lo que es deseable olvidando los valores intrínsecos como la superación a uno mismo, la autosatisfacción, el saber cómo hacer las cosas bien. Bajo mi punto de vista, Lance Armstrong antepuso , el éxito, la admiración, la fama a aquello que llamamos deportividad. Sé que no soy nadie para juzgarlo, puesto que también es un ejemplo de superación para aquellas personas con cáncer, pero mi intención es hablar de su historia deportiva. Desde niña he aprendido que lo peor que puede hacer una persona es engañarse a sí mismo, pues no hay mayor sufrimiento que no aceptarse como tal y como somos. El primer ejemplo que me viene a la cabeza cuando hablamos de deportistas (ejemplo para el resto de las personas, sobre todo niños) es este hombre a quien compadezco por haber tenido que recurrir a la mentira y el dopaje para conseguir ser quien quería. 

Simplemente quería comparar estos dos casos acompañados de mi opinión para que reflexionásemos que vía del deporte es la que queremos que nuestros niños aprendan. ¿Quizás si Armstrong hubiese tenido entrenadores con los mismos principios que el entrenador del Sevilla F.C. hubiese llegado a ello? Nunca lo sabremos, pero lo que si sabemos es que no queremos que estas situaciones se repitan más en el deporte y para ello hay que empezar desde la base, desde bien niños para que sean personas con unos valores definidos y a poder ser, alejados de la idea "ganar ante todo y sobre todo". Hay más cosas a parte de ganar que seguramente nos pueden hacer más felices como la satisfacción de decirle a quien ha sido mejor que tú que lo sabes y lo admiras, o el hecho de saber que aunque no has sido el primero has sido capaz de dar lo mejor de tí. 
Que tu mayor competidor sea lo que quieres llegar a ser, Jim Taylor.

1 comentari:

  1. Posiblemente la gran diferencia entra Amnstrong y los niños sea el beneficio que sacaba cada uno con la victoria. Los niños, practicamente, con el trofeo solo ganaban eso, un mero trofeo posiblemente del peor material; en cambio, Amnstrong con sus victorias, recibía una compensación econòmica grandiosa. El dinero, el poder. Estas dos cosas son las que lleban a muchos a centrar-se en ganar por encima de todo. Pero como muy bies dices, si a los niños se les educa de bién peuqeños con principios èticos y morales, de mayores podran por ellos mismos actuar de forma adecuada delante de situaciones en las que se ponga en entre dicho su integridad o no.

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